miércoles, agosto 27, 2008

La araña de Santa Teresita (Allegro Ma Non Tropo)

Como depredadoras, las arañas son los mayores consumidores de insectos que hay en el planeta y contribuyen decisivamente en controlar su número.
/ PRIMER ACTO

Cecilia y Martín le pidieron las llaves de la casa de Santa Teresita a Diego, y rumbearon a sus primeras vacaciones en pareja. Llegaron, se instalaron y Cecilia fue a buscar algo para llenar la heladera. Cuando ella regresó, lo encontró a Martín mirando fijamente un rincón en el techo de la cocina. Una araña. La araña de hogar más grande que había visto en su vida.
- No grites- le dijo Martín.
- Espera- murmuró Cecilia mientras le alcanzaba dos hojas de diario enroladas.- No manches la pared que Diego nos mata. Es enorme.
- No la voy a matar, Ceci- dijo seriamente Martín.- Tenemos que respetar el orden natural.
- Matala, Martín. Matala- repetía Cecilia rápidamente.
- No podemos matarla. Como inquilinos que somos, no tenemos derecho a hacer nada que perturbe a la fauna autóctona. Ademas... fijate bien, creo que es vegetariana.
- ¡No hay arañas vegetarianas!- gritó Cecilia y el insecto agitó las patitas un poco sobre su tela.
- ¿Desde cuándo sabés tanto de arañas?
- ¿Y vos desde cuándo sos "Cocodrilo Dundee"?- Cecilia cruzándose de brazos.
La discusión no duró demasiado y generalmente iba y venía entre los tópicos “matemos al bicho” y “lo llevo afuera”. Cuando los dos se cansaron de discutir y de pesar su moral sobre un insecto y su lugar dentro de la cadena evolutiva de la humanidad, volvieron a prestarle atención a la telaraña.
- ¡Se fue Lourdes!- gritó Martín.
- ¿Qué Lourdes?
- Lourdes, la araña- dijo Martín mientras levantaba su vista sobre la heladera, buscándola. Mientras Cecilia volví a meter la ropa en su bolso.
- A mi me hace acordar a Raquelita- decía Cecilia, mientras Martín seguía buscando a Lourdes.
- ¿Raquelita?
- Tu ex- y largó una carcajada enorme.
- No se llama Raquel, era... Mariel- Martín le prestó atención a Cecilia.- ¿A dónde vas?
- A un hotel... cuando termines de tener relaciones sexuales con Lourdes me gustaría que la sacaras de acá porque me da asco- dijo Cecilia, y salió de la casa, muy tranquilamente.

// FIN PRIMER ACTO

viernes, agosto 22, 2008

Teoría sobre la música, la conducta, la información y la memoria

Todo la gente participa armoniosamente de diferentes clichés sociales. Acá va: el poder de la música para cambiarnos el ánimo. En realidad, lo que sucede es que la música funciona como un cliché en sí misma. Y no me refiero a la música en general, sino a la generalidad de la música en sí misma. Un semiólogo a la derecha y, de paso, dos ejemplitos ilustrativos sobre la música, el ánimo y los cambios de conducta.

1. Conducir un auto escuchando el remix punchipunchero Who’s your addy? de Benny Benassi a uno lo pondría del suficiente buen humor como para salir de compras por Santa Fé.
2. Levantarse un sábado a la mañana escuchando Kung Fu fighting de los Village People no te deja otra salida que abrir las ventanas de living y dormitorio y ponerte a limpiar toda la casa. Los Village People dan soltura limpiadora para dejar el porcelanato italiano del baño como un espejo.

Entonces, tenemos que tener en claro que elegir un CD para escuchar cuando uno esta trabajando (o sea, en su tiempo productivo) es una tarea por demás difícil. Ninguno de nosotros quiere elegir una canción inapropiada y tener que salir corriendo a vaciar vidrieras de Kosiuko o ponerse a limpiar la oficina.
A mi no me pasa esto, porque cuando la laburo tengo la costumbre de escuchar un CD hasta hacerlo percha. En ocasiones le doy al repeat de una misma canción hasta que sangre el parlante. Y dale con Regina Spektor y Mimi Maura... y dale, y dale. Y así durante horas. Hacer esto me da cierta inmunidad contra los cambios de conducta; sin embargo, acá es cuando uno empieza a acumular información realmente inútil. Porque, ponele, ¿para qué te sirve saber cuántas veces dice “jungle boggie” el tema de Kool and the gang? ¿Para qué, por Dios?
El cerebro tiene que ser llenado con conocimiento real (conocimiento realmente importante, o sea) como, por ejemplo: ¿quiénes me representan como ciudadano frente a los organismos públicos? Pero no lo hace. Y no lo hace, porque esta muy ocupado repasando el gestito que hace Regina Spektor justo ahí... cuando dice... “and it breaks my heart haha haha hahahahá”.

Y acá va el ejemplito ilustrativo para que entiendan:
A: Che, ¿qué es eso de las retensiones?
B: Ahhh...
CEREBRO DE B: Haha hahaha hahaá...
B: Mmmm.. No se.

Lo peor de todo es que no es un rush memorioso y listo. No es una ráfaga, no. Esta apropiación subliminal sirve para como grillete a largo plazo. Nunca vamos a saber quiénes nos representan, nunca vamos a saber qué voto Cobos, ni qué carajo eran las retenciones, ni cuál es la forma política de voto en Marruecos. Nunca.

jueves, agosto 21, 2008

Un chico con un pantalón roto

Ayer ví a un chico de unos 20 años con el bolsillo trasero del pantalón totalmente arrancado. Entonces me di cuenta que hay ciertas tendencias que la moda no debería reformular. Específicamente, claro, los pantalones rotos. Antes cuando usabas un pantalón roto, simplemente dejabas que se deshilache solo, que el tiempo haga lo suyo, y ya. Ahora parece que no. De hecho, ahora se compran rotos. Por supuesto, que los convidados de siempre van a decir “eh, yo te vi a vos con un pantalón roto”. Claro... mi querido jean Quarry. ¡Pero no lo compre!

martes, agosto 19, 2008

Teoría sobre ser igual a Billy y la trompita de Michael Keaton

Las razones por las cuales me encanta vivir más en Villa Urquiza que en Vicente López incluyen (pero no se limitan) al hecho de que en tres oportunidades tres personas sin ninguna relación entre ellas me confundieron con Billy Crystal. Y voy a pasar por alto que una de las personas que realizó la comparación estaba borracha y casi la atropella un 114 que venía a todo galope por Monroe, porque sino se me cae la teoría. También me gustaría arrojar un manto de incertidumbre sobre la segunda persona, que fue Pascual, que andaba cuidando autos cerca del registro civil y que, como todo el barrio sabe, esta ciego de un ojo. Lo cual, entonces me deja a la tercer persona que es uno de mis mejores amigos y que llamaremos David. Y el último detalle que me gustaría puntualizar es que yo (en esa época) estaba más flaco y tenía mas pelo.

Ya todo el mundo sabe que Billy Crystal es un super simpático actor de Hollywood, además de carismático y entrador. Así que voy a dar por asumido que todos conocen a Billy Cristal.

Para comprender el impacto que esta comparación ha tenido sobre mí, creo que primero tendrían que pasar por toda una vida de ser yo. “Que estas muy gordo, que adelgazaste mucho, que volviste engordar, que volviste a adelgazar, que te estas quedando pelado, que te pareces a Billy Crystal”. Más o menos, esa es la categorización (bastante resumida) de “ser yo” que puedo hacerles.

Ustedes elijan. Entonces, tenemos que “te pareces a Billy Crystal” y “que rico perfume que tenés”, son dos categorías que sí sirven para generar una charla en las reuniones del embajador de Burkina-Fasso. Dicho sea de paso, “tenes lindo perfume” me lo dijo una compañera de facultad a la que llamaré La Potra de Comunicación II (de quien ya hablaré en otra oportunidad).

Volviendo al tema, ser parecido a Billy Crystal tiene un valor agregado muy interesante que es Meg Ryan. Lamentablemente me pase toda la vida buscando a mi Meg Ryan, para luego darme cuenta que me tenía que conformar con todas las “Meg Ryan Wannabe” del mundo. Punto en contra de este efecto colateral.

Luego de recorrer todos los espejos de mi casa con la carátula de Forget Paris en la mano, me di cuenta que efectivamente no me parecía a Billy Crystal. Pero como los espejos y yo nunca nos llevamos bien, no se que pensar. Así también, el tiempo fue dejando su rastro terrible, y justo cuando creí que me iba encaminando hacia un Jasón Alexander, apareció Cecilia (la novia de Martín) y me dijo:

- A ver, Christian, ponete la mano acá... así, tapate la cara y la nariz. Eso. ¿Alguna vez te dijeron que tenés la misma boca que Michael Keaton en Batman?

¿A quién no le gusta que lo comparen con Batman, no? Y todo esto mientras David gritaba de la cocina ¡Billy Crystal. Billy Crystal! Pero claro, yo ya no lo escuchaba... un héroe tiene que hacer, lo que un héroe tiene que hacer.

jueves, agosto 14, 2008

El doble misterio del miembro perdido

Pascual (el loco Pascual, como bien ustedes lo conocen) se enteró que tendría que comenzar a usar lentes cuando tenía 9 años. A esa edad, ya manifestaba esa condición innata para ver las imágenes del apocalipsis en los hechos cotidianos. No tuvo más remedio que aceptar la desdicha de su excelente futuro como arquero del seleccionado de la escuela 24 cuando las palabras “astigmatismo” y “ojo” empezaron a fomar parte de la misma oración. El Doctor Monsoliú le dijo que no tenía que preocuparse, ya que muchos arqueros atajaban con un ojo malo. El “ojo malo” así le decían a su ojo izquierdo.
El problema fue que cuando Pascual oía que estaba ciego de un ojo, su mente pensaba que estaba ciego del todo, y eso generó la compulsión por las frases findelmundistas que comenzó arrojar a partir de los 10 años. Fue entonces cuando en aquella ceguera de mentira, Pascual presagiaba los destinos de todos los habitantes del barrio. Esta actitud de (primero) “loco lindo” y (luego) “loco de mierda”, le valió la expulsión del seleccionado de la 24. Su lugar lo ocupó Matías Urtubey (tal vez el tipo más bueno que el Bar berruza conozca). Aunque en el arco era un desastre, fuera de la cancha era un caramelo de Dios. Sin embargo, la bondad de Urtubey es un tema que no nos interesa (por ahora).
Las cosas no fueron mucho mejor con los lentes, su “ojo malo” siguió siendo malo. Y las visiones apocalípticas seguían siendo apocalípticas. Con los lentes, uno podría llegar a creer que su percepción de profundidad iba a cambiar, pero no. Pascual tenía la extraña sensación de que lo que sucedía a su alrededor, no ocurría en los ojos de los demás. Sensación que corroboró, años más tarde, cuando Monsoliú le pidió que repitiera la tercer línea del Códice Oculi.
- W E Y 3 J- dijo Pascual.
- ¿Qué haces, Pascual?- preguntó Monsoliú.
- Leo la tercera línea como usted dijo, Doctor.
- Pero... la estas leyendo al revés, querido- Monsoliú hizo una pequeña pausa, miró a la madre de Pascual.- A ver... lee de nuevo, pero esta vez, ponete los lentes.
- J 3 Y E W- leyó Pascual. El Doctor Monsoliú se acercó al Códice, murmuró de nuevo la tercer línea y le dijo a la mamá de Pascual que se retire del consultorio y no vuelva nunca más. Pascual jamás entendió la reacción del doctor. Y la anécdota pasó a engrosar la lista de anécdotas locas de Pascual, por supuesto.
El Doctor Monsoliú murió de un ataque al corazón en su lugar de trabajo. La mamá de Pascual nunca supo quien fue Leonardo Da Vinci. El seleccionado de la 24 perdió un miembro, pero ganó en bondad. Por su parte, Pascual creció loco, vive locamente; y aunque muchos no lo sepan es el segundo ser humano que logró descifrar en el Códice Oculi la cura para el astigmatismo. También, y sin que esto genere controversia, tiene un don, perdió un ojo, y ya no tiene tantos amigos como antes.

martes, agosto 12, 2008

Alicia y su primer diario

Cosas que a la gente le gustaría saber sobre Alicia. Antes de vivir en Belgrano, Alicia vivía en Villa Urquiza. En Monroe y Acha había una librería donde vendían un montón de útiles de distintos colores. Años después, Jorgelina bautizo a esa librería como una “boutique de útiles escolares femeninos”. Alicia quedó fascinada con un hermoso cuaderno forrado en papel araña rojo. Realmente quería ese cuaderno.
El proceso fue lento pero la meta valió la pena. Alicia utilizó todos sus recursos y dos meses más tarde, obtuvo aquel cuaderno... su primer diario. Tenía doce años y aquel diario fue el remedio perfecto para dominar su miedo. Ella temblaba de sólo pensar lo que había en la oscuridad que habitaba el final de la cama y el piso. Aquel cuaderno la ayudo a canalizar ese miedo en ideas... ideas que terminaron en el asesinato de su cama a los quince años. Mamá me dejó tirar el colchón en el piso, y dormí nueve horas de corrido. Genial.
Su papá estuvo de acuerdo. La cama desapareció en el carrito de un comprador de muebles callejero. Los padres de Alicia no tuvieron más comunicados sobre la conducta inapropiada de su hija en clase. Alicia comenzó a dormir en donde tenía que hacerlo, y no en el aula durante la clase de matemáticas. Y gracias a eso, hoy a la noche Jorgelina y Marisa se quedan a dormir en casa.

jueves, agosto 07, 2008

El juicio de Bazzoni

Marcos Sarastivia nunca pudo comprender el por qué de semejantes reparos para entrar en la “organización”. La iniciación tuvo lugar en la plaza de Olivos, cerca del único árbol con rejas que hay en el lugar. Fue hace años, se podría decir que siete. Sarastivia recuerda aquella noche con mucho placer. Aquella noche, cuando Pedro Martinez Taylor se le acercó silenciosamente y le dijo “hay muchas pelirrojas en este mundo”. La contraseña.
- Zanahoría no es caoba- respondió Sarastivia y acto seguido, Martinez Taylor le otorgó el anillo que lo convertía en Pierwszy Rycerzy, Primer Caballero. La “orden” que coordinaba Martinez Taylor tenía su sede en un local vacío de Colodrero y Congreso en Villa Urquiza. Anteriomente había sido ocupado por un partido político; pero ahora, era propiedad de la Orden. Y allí se reunían todos los el primer martes de cada mes desde que las calles del barrio tenían otro nombre. Ser Primer Caballero tenía algunos privilegios. Por ejemplo, conocer al fundador de la Orden, conocer la jerarquía de la Orden, y sobre todo, saber los orígenes de la orden.
La Orden Pelirrojistica fue creada en el año 1915 por John George Martinez Taylor y Sir Mathias Heimatter, entre otras personalidades vinculadas al prestigioso y nunca bien reconocido arte de la seducción. Fiel al manifiesto llamado Integración de ellas y nosotros (rubias y morochas, abstenerse), la Orden buscó durante todos estos años que todos aquellos hombres admiradores de las pelirrojas puedan cumplir su sueño. La Orden esta dividia en tres grados de separación: los Ruqui Cherjonsky (o Novatos), los Pierwszy Rycerzy (o Primeros Caballeros) y los Superiores de Incognito (o S.I.).
Marcos Sarastivia luego de siete años como Pierwszy Rycerzy, ahora era un S.I. en pleno ejercicio de su grado. Estaba casado con Mariela Gomez (de Sarastivia), perriroja, de bella sonrisa y ojos verdes; tenía dos hijos y vivía en Monroe y Cuba, en un semipiso que pudo comprar en la época del uno a uno.
El lunes pasado, Sarastivia salió de su casa a las 23.30 y llegó al local de la Orden casi cerca de las doce de la noche. Saludo a los demás S.I. que formaban un círculo alrededor de una mesa. Al cabo de unos segundos, dos Pierwszy Rycerzy trajeron a Alberto Bazzoni y lo sentaron en una silla posicionada frente al grupo de Superiores.
- Alberto Bazzoni, se te acusa de haber mancillado el nombre de la Orden hace menos de una semana en el registro civil de la calle Miller- dijo Sarastivia seriamente.
- Así es- murmuró Bazzoni.
- ¿De qué manera, Bazzoni?- inquirió Sarastivia.
- El viernes pasado me case con un morocha, señor- dijo el acusado.