domingo, noviembre 20, 2005

2- Santos primeros sacramentitos

Hoooola, mis chiquitas! Pensaron que me había olvidado de ustedes? Jamas, mis bebotas!

Y antes de entrar de lleno en las premisas fundamentales de nuestro santo sacramento, hermanas mías, quisiera detenerme a explicarles a nuestras nuevas feligreses, el sentido de tres importantes palabras, que nuestra Santísima Sarah Kay, ha esculpido con brillantinitas en los corazones de las buenas mujeres de su Culto. Y estas son: Sencillez, Naturalidad y Discreción, mis queridas. Oh, que bien suenan, verdad? Tan armoniosamente encadenadas en su significado, que casi se diria que las tres se complementan y refuerzan para componer en su alianza: el concepto de la Buena Mujer, la Fiel Seguidora de Nuestra Madre Sarak Kay!

2- Santos primeros sacramentitos:
La Sencillez, mis queridas, debe presidir todos vuestros actos. Ya que es mucho mas fácil quedar bien cuando se echa mano de elementos simples, sin amaneramientos, que en los casos en que, movidos por el deseo de destacarse, se arriesgan a usar expresiones, gestos, vestimenta o adornos rebuscados o extravangantes, que la mayor parte de las veces las pondran en ridículo. Junten sus manos y repitan conmigo: sen-ci-llez.

En fin... La Naturalidad! De nada sirve tener una manera de actuar en público y otra para entrecasa, pequeñas mías. Aquella que pretenda ser bañada por la leche de la vaca sagrada ordeñada con las mismisimas manos de la Gran Sarah, no pude descuidar sus maneras en ningún momento, ya que, al no convertirlas en hábitos, corre el riesgo de parecer una cascos fáciles, una loquilla o una chuele chuel. La Naturalidad constituye, mis adoradas conejitas, la perfección de la actitud elegante cuyo sello es la facilidad con que se da la sensación de que nuestros refinamientos son genuinos y legitimos, productos de la buena crianza. Si! Manos arriba, al cielo: na-tu-ra-li-dad.

Que feliz me hace verlas congregadas en este humilde templo. Si, si.

Antes de que las lágrimas de alegría me impidan seguir, continuare con el último de los tres sacramentos fundamentales: la Discreción. La prudencia, si. El tacto, si. La discresión es la prudencia o el tacto que emplearán al obrar, en el trabajo, en la casa, o en la cocina. La Discresión completa y acaba; si "acaba", el sentido de los dos anteriores sacramentos.

Y ahora si, mis niñas... Comienza la iniciación al Culto. A portarse bien y a mi mirar para abajo, eh! Como señoritas, carajo!

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