Insisto y recontrainsisto: si en las letras de La Oreja de Van Gogh no esta la esencia pura y vital del amor y la tristeza, me cortó las dos orejas. Tres minutos después, alguien me decía que las letras eran cursis y demasiado livianas. Mientras yo seguía defendiendo el golpe cardíaco que me da Amaia Montero cuando canta y es que empiezo a pensar, que el amor verdadero es tan sólo el primero. Y es que empiezo a sospechar, que los demás son sólo para olvidar...
Las canciones de amor son tan extrañas... Por eso prefiero seguir escuchando a Los Auténticos Decadentes y asesinar a cantantes de cumbia.
lunes, enero 21, 2008
La oreja de Dame Dos
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1 comentario:
Los Auténticos Decadentes, esos me gustaban.
La Oreja de Van Gogh tiene un nombre demasiado grosso para la música que hacen.
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