Cosas que a la gente le gustaría saber sobre Alicia. Tenía un amigo que "en sociedad" lo presentaba como su novio. Había dormido en su casa la noche anterior. Dormir es un decir, porque ella no duerme bien en otros lados. Por suerte, ahora estaba en su casa luchando contra sus ganas reales de detallar algunas emociones y sus impulsos combativos que le impedían transcribir sensaciones demasiado profundas. Cuando ella estaba en su departamento de Belgrano, lo sensitivo y lo terrenal se potenciaban. Era su lugar, su mundo. Últimamente transitaba una faceta huraña y selectiva, pero siempre encontraba el placer de arrojarse en su mundo de colchones y escribir en su diario. Tenía la esperanza que si alguien (algún día) llegaba a leer ese ir y venir de palabras y renglones, la adivine... Alguien que sea capaz de colocarle el tono de su voz a todo eso, la forma de sus ojos que releen lo pasado y sus gestos cuando intenta recordar lo más interesante del día. Pero sabía que no había reglas para eso, y que las reglas nacerían de la conjunción con aquel lector insospechado. Reglas de ambos, que no los jodan, pero que no los condicionen... Así soñaba Alicia su socialismo y lo escribió: no me digas lo que tengo que hacer, no me provoques, no me despiertes emocionalmente porque me vas a tener que oír... Y en ese espectro de emociones, papel y tinta de por medio, ella le hablaba a ese alguien invisible. Curiosamente se que esperabas esto de mí, siento ser tan predecible.
martes, mayo 27, 2008
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4 comentarios:
¡Volvió Alicia! Que suerte porque me cae rebien. =)
un beso! ja! siempre que siento ganas de escribirte algo, aunque sea nada me siento una pelotufan. pero besos igual...
Alicia me cae bien.
Espero algun dia se de cuenta y sienta que "casa" puede ser "cualquier lugar".
mariana: Es copada Alicia (?).
yo: Igualmente (?).
trotsko: Gran verdad, bienvenido.
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