Mariano y Pablito eran un dúo genial. Mariano tenía en su play-room una batería y una guitarra, pero tiraba sus primeros acordes en la Fender (la batería nunca la gustó). Pablito, por su parte, tocaba el bajo desde los 9 años. Cuando tenes 12 años y le pegas a cuatro notas seguidas, enseguida pensas que sos David Byrne. Eso le pasaba a Mariano. A Pablito le gustaba coquetear con ser el único que realmente sabía tocar un instrumento, era demasiado bueno. La batería estuvo en silencio un par de semanas.
Cuando Pablito me dijo "sentate acá, mira mis brazos" supe que esa iba a ser la primera clase. Una noche de verano me ingresaron a su fantástico juego. Entre dos toms y una tarola intentaba levantar mis manos y hacer un poco de ruido. Tocamos la misma canción hasta las dos de la mañana.
La mamá de Mariano dice que el sueño de la bandita murió a los tres meses, más o menos cuando le regalaron la Coleco Vision y comenzaron las tardes de Donkey Kong. Por suerte, siempre nos iba a quedar el recuerdo de esa canción...
miércoles, junio 04, 2008
Sueles encontrarme en cualquier lugar...
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Canciones
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6 comentarios:
Uy, que temazo. Cuantos recuerdos. ¿De Doble Vida, no?
¡¡¡Aguante Feinmann, carajo!!!
Noooo!!!! Que temaso!!! POR DIOS!!! Que banda no?? Creo que los temas de Soda marcaron algunas partes de mi vida.
Saludos
mariana: Doble vida, sí.
cachito: Estas vivo... quien lo hubiera dicho.
mariposa: De Sobredosis de TV para acá... uno de cada disco, siempre. Beso.
Vivo y culeando....
estas a punto de caerte de tierno
no se, vos fijate
alto post, en jerga fotoblog (?)
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