- Hicieron bolsa el frente del edificio. Fijate las manchas de humedad que caen de tu balcón- dijo Patricia.
- Esto no va a funcionar...- le dije. Mi prima me agarró del brazo y cruzamos la calle. Caminamos hasta colocarnos debajo del balcón del primer piso.
- Se llama “memoria emotiva”. Creo que si nos quedamos un buen rato vamos a recordar como fue todo- Patricia siempre había tenido esa personalidad esperanzadora que me hacia sonreír en lugar de querer salir corriendo de ahí
Estábamos debajo del balcón de la que alguna vez había sido mi casa, el lugar donde habíamos pasado todas las navidades hasta que cumplimos 9 años. El balcón había perdido la magia de los malvones y las azaleas; tenía la baranda oxidada, descuidada. Todavía seguía estando la maceta más grande, la que mi viejo no pudo sacar porque pesaba muchísimo y además, no valía la pena. Las pocas plantas que se veían desde abajo estaban secas. Ahí sentí el primer disparo.
- Claro, había mucha gente esa anoche, las puertas del balcón estaban abiertas... hacia calor...
- La persona que lo hizo tuvo que caminar todo el balcón hasta la ventana del dormitorio grande- dijo Patricia, mientras caminaba pro la vereda, parándose justo debajo de esa ventana. La mire durante unos segundos.- ¿Qué miras?
- Pienso... ¿y si realmente nadie quiere que averigüemos quién fue?
- Yo también pensé lo mismo, que todos los que estaban aquella noche hicieron algún pacto de silencio y...
- ¡Pacto de silencio!- no pude aguantar la risa.- Nuestra familia esta loca... pero no es para tanto, nena. Yo me refiero a simplemente que ni ellos mismos lo saben... ni mi vieja, ni tu vieja, ni la tía Marianita... ni... ¿Para qué seguir con estos recuerdos boludos?- algo me había caído en el hombro. Una gota.
- Alguien esta regando las macetas... correte- dijo mi prima.
- La maceta grande, nada mas. Nuestra maceta- mire para arriba y me cayó otra gota. Una mujer se asomó por el balcón.
- Disculpen, chicos... no los vi- dijo.
- Todo bien, señora. Cuide las azaleas...- Patricia levantó la mano saludando y nos fuimos caminando por Holmberg hasta Monroe.
viernes, diciembre 05, 2008
Mismo lugar, casi 25 años después
Categorías:
El cuento de Navidad
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10 comentarios:
¿Qué buscaban? ¿La señora no podía ayudar? Tal vez sabía algo...
Que paso? Como no le preguntaron a la señora? Hay cosas que realmente parecen guardadas y que uno nunca se va a poder enterar...
Pero hay que seguir buscando
Saludos Chris!
No entiendo. Y me embola quedarme así, con tanta duda.
Fijate porque igual las gotas eran de Pascual el loco que les echó una acabadita...perdón, perdón, quise decir una meadita, desde el balcón.
Para qué te lo habré dicho...ahora que la vas de ortiba seguro que convocás una marcha ciudadana bajo el lema "Basta Ya De Locos: Cadena Perpetua a Pascual".
Re buchón te volviste Momia...
Es lindo recordar las cosas bellas de la infancia.
Seguramente estaban buscando por dónde entraba "Papá Noel" a dejar los regalos en el arbolito sin que nadie lo viera. :)
Epa. Se te perdió un recuerdo y no lo podés encontrar???
Otra: dejé algo en Mamma mia.
hay que seguir intentando. Conosco gente que con la memoria emotiva logro vivir años en el pasado. Igual es cierto que no es el mismo pasado. Suerte
Cuando escribes así de bien, no puedo meterme contigo...
Volvé a escribir paparruchas!!!
¬¬
no m gusta quedarme con la intriga: EXPLICACION A Q BUSCABAN????
nos estamos viendo!!
:)
Uy!!! Un misterio familiar!!
Me encanta... me encanta...
Besotes.
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