viernes, julio 08, 2005

War of the worlds: ¿Será posible?

Estaba seguro que esta película iba a ser otra Independence Day, toda muy yanqui, y con Tom Cruise haciendose el groso. Okey, no. Me sorprendió lo mucho que me entretuvo esta película. Como no leí la novela de H. G. Wells no se si la adaptación esta buena o no. De hecho, creo que tomaron la idea principal de la novela, y cambiaron todo lo demás, excepto algunos personajes. Con respecto a la película original, esa sí la ví. Creo que por Canal 7, hace muchísimo. Por lo tanto, ya sabía como iba a terminar. Ahora sí, pueden seguir leyendo. Básicamente, invasión extraterrestre. Tom Cruise haciendo de un tipo perdedor al que le dejan a sus dos hijos para cuidarlos el fin de semana. A mí Tom Cruise cada día me gusta más, muy correcto. La pendeja que hace de su hija es Dakota Fanning, la verdad que se zarpa demasiado esa pendeja. Y las palmas se las lleva Tim Robbins que hace de un loco de mierda que quiere destruir a los extraterrestres con una escopeta (?). Increíble lo de Robbins, el único foco de resistencia humana encarnado en un loco reloco me dió miedo y todo.

War of the worlds es la típica película pochoclera que no da respiro. Tiene momentos increíbles que logran transmitir esa cosa de "¿y ahora que mierda hacemos?", mucha tensión, y efectos especiales muy zarpados.

Bueno, la crítica (?) termina acá. Ahora les voy a hablar de un detalle particular que me encantó y me hizo flashear a lo loco pero mal. Resulta que los extraterrestres viene en plan de dominación mundial y lo primero que hacen es matar a todo ser humano que se les cruce por el camino. ¿Y cómo? El primer método que utilizan es un rayito (¿láser?) que desmaterializa a los humanos y los convierte en una especie de polvito. Este polvito queda flotando en el aire. O sea, son humanos rostizados, evaporados... El polvito flota como si en realidad estuviera nevando. Hay una escena en particular donde este detalle esta re bien plasmado. Tom Cruise camina por la ciudad y el polvo (tipo nieve) le cae encima lentamente. Ahí se me pianto una lágrima...


Todo hasta donde se podía ver se
cubría ya de aquella nevada.
Nevada irreal, nevada de dibujos animados.
Y mortal, terriblemente mortal...

(El Eternauta - H. G. Oesterheld)

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