jueves, abril 14, 2005

Enter Pato

Sorpresivamente se corta la música, se apagan las luces, los personajes salen de escena y comienza la función... Se abren un par de ojos. Agua, fría y azul, si nuestro actor de reparto se pone de pie, notará que el agua le llega a la cintura. Ahí vamos...

Y así, fue anunciada el año pasado. La boda de Pato, por supuesto.

Recordarán (o no) a mi amigo Patricio (o Pato) como aquel ser que me acompañó durante buena parte de mi vida, y seguramente, lo seguirá haciendo. Cuando eramos chicos, Pato me enseñó a jugar al pool. Por supuesto, que jamás aprendí. En la secundaria, yo le cuidaba sus cosas cada vez que se agarraba a trompadas. En Cuarto Año, cuando a mí me gustaba Nuria, fue Pato el que intentaba todos los encuentros "casuales". Digamos, Pato hablitaba una que otra de mis jugadas. Pero nunca fuí un goleador. Bueno, pato también me enseño a ser un buen defensor. En Quinto Año, cuando me iban a poner 5 amonestaciones que significaban mi expulsión del Reconquista; Pato se adjudicó el crimen.
Y si hablamos de mujeres, Pato tuvo suerte mediocre. O en realidad, no. Es un tipo que nació para estar de novio. Y siempre lo estuvo, salvo en los espacios de tiempo indeterminado entre relación y relación. El siempre estaba de novio. Y siempre tenía mala suerte, las minas con las que estaba, siempre lo dejaban: o por otro, o por necesitar un tiempo, o por estar totalmente locas, o simplemente por que no daba.
Hace tres años Pato impulsó todos sus mecanismos a una relación, apostó, jugó bien las cartas, y encontró una buena croupier. Una buena mujer, claro; al menos para él. Encontró lo que siempre había buscado. Un amor, la mano amiga, la suavidad de un camino a seguir.

Por amor, se han llegado a rozar límites que en nuestra mente nunca imaginaríamos. Por amor, se podrían realizar las más heróicas acciones.

Y se nos casa Pato, nomás.

viernes, abril 08, 2005

Territotio anexado

Y sigamos llorando lo perdido. De eso se trata. Vivir un poco lo pasado como la mejor de las circunstancias. Uno debería proteger mas su vida. O por lo menos, aquellos aspectos que la hacen única. Pero no. Uno deja aquella genial etapa de la soltería y se vuelve un ser pelotudo. Entonces, yo pienso: ¿no protegí suficiente "mi" vida? Y tal vez, no lo hice porque no consideré importante hacerlo e, internamente, decidí que en cualquier momento todo podía cambiar. Y así fué.

Cuando quise darme cuenta La Enviada tenía el terreno comido y se había hecho la dueña de mi vida, se bebía mi Pespi, se comía mi jamón serrano, mis quesos franceses, mi güisqui escosés, mis pantuflas de miqui maus, mis comics de Sandman, mis...

Okey, mis comics de Sandman, no. Bueno, sí. Pero no le gustaron. Lo cual me lleva a pensar que "Preludios y Nocturnos", el primer arco argumental de este comic, no es para cualquiera...

Como dije, un día todo puede cambiar, claro.

La lámpara de pie ya no se encuentra junto al sillón; y ahora el jarrón chino esta encima del televisor...