lunes, febrero 12, 2007

Teoría del osito de peluche

Resulta que al “amigo de un amigo” se le complicó un poco una relación por izquierda que estaba teniendo con cierta señorita que conoció una noche en un boliche. Buscando y esperando mi perspicaz consejo, no pude menos que instruirlo en los detalles que ciertas cofradías guardan bajo siete llaves. Aquí, mis amigos, "La teoría del osito de peluche", para todos ustedes.

En fin... mira, pedile su dirección y mandale (al menos) un osito de peluche, que cuando ella le apriete la panza diga: "papi" o llore. Con estas dos acciones una mujer podría interactuar perfectamente y con claras posibilidades de formar una buena relación. O sea, con que diga "papi" o llore... alcanzas el nivel bajo e insoportable de la histeria femenina. "¿Sí, papi?" Claro, bebe. ¿Y ahora por que lloras?

De ahí, para arriba de todo. Y ojo, que si subís las escaleras hay millones de mujeres interesantes.

miércoles, febrero 07, 2007

Toia

Yo se que lo estaban esperando. Esto es... El Club Verne: Toia. Toia es Victoria. ¿Y por qué nunca les hable de ella, dirán? Porque murió.

Por esa época (ustedes ya sabén a qué época me refiero) mucha gente me rondaba. Mis amigos, por supuesto, en la primera fila. Y Victoria... Victoria, Toia, fue mi mejor amiga de toda mi infancia. Con ella hicimos de todo, desde robar el primer forro a su tío que tenía un kiosko, hasta fumar mi primer pucho, y también los primeros besos. Toia era mi secreto, nos hicimos amigos un día en la Fería de Ciencias de la escuela, más o menos por Segundo Grado. Ella iba a la tarde, pero vivía a una cuadra de casa y siempre nos veíamos, nos teniamos junados, así que la amistad fue creciendo más y más. Durante toda la primaría fue la hermana que nunca tuve. Toia también era hija única. Lo cual siempre potenciaba demasiado nuestra relación. Toia era castaña, de pelo marron clarito, que brillaba siempre en verano; tenía ojos verdes muy tristes, que no hacían juego con su sonrisa de oreja a oreja y sus risas a cada rato. Creo que fue la primer persona que se rió de algún chiste mío. La ví llorar, me vió llorar. Y soñamos con tener esa amistad de película. Pero no pudo ser porque ella murió. Lo hubieramos logrado, creo yo. Yo se que sí.

Lo curioso de todo, es que ayer justamente soñe con ella... es lindo porque es como que es mi única forma de abrazarla. No me da tristeza, al menos tengo una manera de recordar lo que era acercarme a su cuerpo, mirarla a los ojos o darnos un abrazo.

Pero cuando murió descubró algo. No sé qué es, pero algo descubrí y las cosas cambiaron.

lunes, febrero 05, 2007

Leyes #1 y #2 sobre los escudos

Y dale con los "escudos". Y así estamos, hasta que... guiado por dos de mis 10 mandamientos (1# No me voy a negar información a mi mismo, y 2# Jamás voy a
mentirme), llegue a la conclusión de que solo es miedo. Sólo es necesidad de que alguien sabiendo que va a tener que trabajar por mi amor, decididamente lo haga. El escudo no es para no querer a alguien, es para protegernos de lo que ese amor y su siempre inevitable cara oscura puede dolernos. Punto, por ahora.