Y ahora comienza la verdadera teoría de la manipulación. El Señor Competencia tragaba un café en un bar con mesas a la calle. La manipulación había comenzado hacia media hora, aquella carretera increíble y amplia, cuyo único fin era la limitación drástica de la creatividad y el raciocinio de las personas.
Sus ojos (de día azules; y no violetas) recorrían la figura de una joven que estaba sentada en otra mesa. La joven leía un libro, era muy típico de que aquella zona. Era ser joven y leer un libro en la mesa de una confitería; o ser mujer madura y devorar masas finas en otro rincón. También era ser hombre maduro, de baba en las comisuras, sonriendole a las señoritas. Era ser joven emprendedor, también. Era un maldito zoologico.
Sin embargo, aquella joven le había llamado la atención. El libro que leía ya acotaba un sin número de posibilidades a la hora del primer encuentro verbal. Ernest Becker, sostenía que el miedo a la muerte es univeral. El Señor Competenca lo sabía. Entonces, ya tenía dos conceptos básicos. La joven y su libro, y lo que había leído en aquel libro de Becker.
Y así, media hora después, El Señor Competencia tomaba otro cafe acompañado por la joven que antes leía. El Señor Competencia había conocido a La Señorita Inseguridad.
Y esto, damas y caballeros, era un buen comienzo...
Definitivamente.
sábado, octubre 02, 2004
4/ Empieza la cacería
Categorías:
El Señor Competencia
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