Como depredadoras, las arañas son los mayores consumidores de insectos que hay en el planeta y contribuyen decisivamente en controlar su número./ PRIMER ACTO
Cecilia y Martín le pidieron las llaves de la casa de Santa Teresita a Diego, y rumbearon a sus primeras vacaciones en pareja. Llegaron, se instalaron y Cecilia fue a buscar algo para llenar la heladera. Cuando ella regresó, lo encontró a Martín mirando fijamente un rincón en el techo de la cocina. Una araña. La araña de hogar más grande que había visto en su vida.
- No grites- le dijo Martín.
- Espera- murmuró Cecilia mientras le alcanzaba dos hojas de diario enroladas.- No manches la pared que Diego nos mata. Es enorme.
- No la voy a matar, Ceci- dijo seriamente Martín.- Tenemos que respetar el orden natural.
- Matala, Martín. Matala- repetía Cecilia rápidamente.
- No podemos matarla. Como inquilinos que somos, no tenemos derecho a hacer nada que perturbe a la fauna autóctona. Ademas... fijate bien, creo que es vegetariana.
- ¡No hay arañas vegetarianas!- gritó Cecilia y el insecto agitó las patitas un poco sobre su tela.
- ¿Desde cuándo sabés tanto de arañas?
- ¿Y vos desde cuándo sos "Cocodrilo Dundee"?- Cecilia cruzándose de brazos.
La discusión no duró demasiado y generalmente iba y venía entre los tópicos “matemos al bicho” y “lo llevo afuera”. Cuando los dos se cansaron de discutir y de pesar su moral sobre un insecto y su lugar dentro de la cadena evolutiva de la humanidad, volvieron a prestarle atención a la telaraña.
- ¡Se fue Lourdes!- gritó Martín.
- ¿Qué Lourdes?
- Lourdes, la araña- dijo Martín mientras levantaba su vista sobre la heladera, buscándola. Mientras Cecilia volví a meter la ropa en su bolso.
- A mi me hace acordar a Raquelita- decía Cecilia, mientras Martín seguía buscando a Lourdes.
- ¿Raquelita?
- Tu ex- y largó una carcajada enorme.
- No se llama Raquel, era... Mariel- Martín le prestó atención a Cecilia.- ¿A dónde vas?
- A un hotel... cuando termines de tener relaciones sexuales con Lourdes me gustaría que la sacaras de acá porque me da asco- dijo Cecilia, y salió de la casa, muy tranquilamente.
// FIN PRIMER ACTO